Una de romanos
No voy a comentar la película desde un punto de vista de cinéfilo, aunque no deja de sorprenderme la capacidad de Amenábar de transitar por tantos géneros diferentes. La red está llena de valoraciones del film de sesudos críticos y de gente de a pie. A mí me ha parecido un peplum de los que yo veía con apasionamiento en los años 60 y que ahora me dejan más bien frío, a pesar de lo correcto de la recreación y de lo impecable de la ambientación. Véase si no la foto que sigue.

Más bien quiero comentar algunos de los aspectos en los que debieran fijarse los improbables lectores de este blog (a tenor de los escasos comentarios), más si son estudiantes de Historia del Libro. He elegido esta foto de la estupenda Rachel Weisz, absolutamente creíble en su papel de Hypatia, porque es ella el centro de la película: la hija del encargado de la famosa Biblioteca de Alejandría, además de astrónoma y filósofa.

Amenábar ha sido cuidadosísimo con todo lo que se refiere a la materialidad del "libro" de la época, los rollos de papiro, salvo al final, el códice, uno de los primeros seguramente, usados en los inicios por los cristianos, por su capacidad de albergar contenidos. También en la forma de almacenarlos, en esas estanterías romboidales, con su categorización en los bordes verticales o los titulli que colgaban del rollo para mejor identificarlos sin necesidad de desplegarlos. Es curioso que la biblioteca que ha imaginado, con forma de octógono y con esa luz cenital, recuerde a la del British Museum, absolutamente circular.
Hay otros aspectos que también se estudian en la asignatura que etiqueta esta entrada: la destrucción de los libros. De hecho su Historia no es sólo la de su creación y almacenamiento, sino la de su desaparición. Y la escena del desmantelamiento de la de Alejandría, traía a la memoria a la de Sarjevo o a la de Bagdad hace bien poco. La misma saña, las mismas llamas.
Y llegamos con esto al meollo de lo que quería comentar: hay en todas estas destrucciones, un afán por hacer desaparecer el saber, las ideas de los otros, por alienas y por tanto peligrosas, y porque ponen en discusión mi concepción del mundo, mis valores y las relaciones de poder que benefician al que destruye. En ese sentido la frase para mí culminate de la película es la del diálogo de Hypatia con el obispo de Cirene, su antiguo alumno: Tú no puedes cuestionarte tus creencias, yo tengo que hacerlo. Es su posición de filósofa la que se lo exige. Por eso desata las iras de los que mandan. Por eso y por su condición de mujer, apoyada en la frasecita de Pablo de Tarso: mulier in ecclesiam, taceat (la mujer en la asamblea, que se calle). Mujer y sabia, igual a bruja. Y en eso, como en los actos de violencia, las tres religiones del Libro se dan la mano. Amenábar las sitúa a todas en la agresividad y violencia que las ha acompañado casi siempre. La única que mantiene la idea de la fraternidad humana es la agnóstica Hypatia. Una razón más para ver la peli. Y por si no ha convencido lo leído hasta aquí (quien haya llegado), ahí os dejo el tráiler.
José Manuel Mora
José Manuel Mora
Comentarios
Me parece una recreación estupenda de las tensiones creadas por las siempre religiones, de la naturaleza que sean.
La aproximación del director al papel, el valor, y la primitiva formar de los documentos, de los libros me resultó enriquecedora.
Y sobre Hipatia, la interpretación me parece brillante, poco tengo que añadir a lo ya escrito en éste artículo, mujer inteligente una bruja.
Me quedo con la frase "tu no puedes cuestionarte tus creencias,yo tengo que hacerlo", eterno debate de la fe contra la razón.
Maribel (MBAD)
Y hablando de otros temas creo que esto puede ser interesante para compartir en el blog.
http://www.bibliotecavivientezonanorte.es/