
Una comedia amable
La primera imagen de la peli de esta semana es toda una declaración de intenciones. Ver a la Deneuve con chandal rojo y rulos haciendo footing y extasiándose ante un cervatillo en la foresta nos pone en situación respecto a cuáles son las intenciones de su director, François Ozon, de quien la última que vi, Ocho mujeres, no me había gustado.
Con la complicidad de la actriz, y basándose en una comedia de los conocidísimos en Francia Barillet y Grédy, de quienes aún recuerdo Flor de cactus, el director decide montar un viaje en el tiempo, al año 1977. Empieza a hacer demasiado tiempo de todo y en aquella época la Deneuve, de belleza inmarcesible (¿qué diablos querrá decir inmarcesible?), era dirigida por J. Demy en musicales insuperables, como Los paraguas de Cherburgo, donde ella era todo glamour y delicadeza. Aquí nos la devuelve a través de la ironía. Una típica "mujer florero" (potiche) del momento, nada tonta por otra parte, ha de tomar las riendas del negocio que llevaba su marido.



José Manuel Mora.
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Saluts!!