Nader y Simin, una separación: Una película distinta

Historia de conciencias.

Quedamos el otro día en que viajar abre la mente. Pues bien, ir al cine y encontrar, junto a las consabidas películas estadounidenses, una iraní no deja de ser una rareza. Y sin embargo, en lunes, el cine tenía espectadores. Se trata de Nader y Simin, una separación, dirigida, producida y con guión de la misma persona: Asghar Farhadi, que firma con ésta su quinta peli, aunque yo no haya visto las anteriores. Arrasó en Berlín con un montón de "osos", a pesar de que su visión crítica no debió hacerle fácil permisos y rodaje. Y eso, proviniendo de un país donde una actriz ha sido condenada a 90 latigazos por actuar en un filme, no deja de ser sorprendente.

Para quienes, aun estando al tanto de lo que pasa fuera, Irán nos sugiere un mundo de "ayatollah", represión política e inmovilismo desde hace décadas, aquí se nos muestra como un país moderno por un lado, lleno de coches de marcas occidentales, de mujeres que conducen y llevan un simple pañuelo, o pueden solicitar el divorcio, hasta otras que se cubren con el "chador", juran por los mártires para asegurar que dicen la verdad, o tienen problemas para salir a trabajar sin permiso del marido, por no hablar del modo en que funciona la justicia.

Algunos la han definido como un thriller, y desde luego la intriga se mantiene a lo largo de todo el metraje, dos horas que pasan en un vuelo. Del conflicto matrimonial inicial, con una hija adolescente que no sabe con cuál de los dos progenitores quedarse, se pasa pronto a la complejidad que aporta la llegada de una cuidadora, embarazada, para que atienda al padre del hombre, que sufre Alzheimer.

Con efecto de bola de nieve, los acontecimientos van haciendo la historia cada vez más compleja. A ello ayudan los múltiples puntos de vista con que se nos narra la historia y las elipsis que, aun casi sin notarse, nos impiden conocer todos los datos del drama, mientras el director nos los va dosificando, logrando así que el interés no decaiga en ningún momento. A todo ello se añade un reparto impagable. Al ser desconocidos los actores, transmiten mayor credibilidad.

Aparte de toda la trama en torno a los personajes citados, lo que más me ha interesado han sido los conflictos íntimos que viven todos lo personajes. No son juzgados por el director. Cada uno sobrelleva sus contradicciones y sus mentiras sobre su conciencia y se ve presionado por ella, por los demás y por las circunstancias que se van acelerando. Todos tienen sus razones e intentan defenderlas. El final abierto dejó a los espectadores ayer algo desangelados. Para mí no lo es tanto. Sea cual sea la decisión, todos los personajes salen perdiendo. Hermoso film, pues, que aconsejo de verdad donde quiera que se proyecte.

José Manuel Mora

Comentarios