Carta a mi mujer, de Pentti Saarikoski

¿Tras las huellas de Bloom?

En este caso, además de la recomendación de mi librero de cabecera, F. Linde, he de reconocer que la cubierta llamó poderosamente mi atención. Se trata de uno de esos cuadros de claridad lechosa e interiores desnudamente protestantes del norte de Europa, correspondiente a un pintor que descubrimos en uno de nuestros primeros viajes a Escandinavia: el danés Vilhelm Hammershøi, que lo pintó en 1893, titulado escuetamente Interior. Ejerce este pintor una fascinación enorme desde que vi parte de su obra en el museo de Gotemburgo. Así que la imagen y las pocas páginas del volumen (no iba a tener tiempo para más) me llevaron a comprarlo; aparte de la curiosidad que me producía adentrarme en una literatura que desconozco en absoluto: la finesa. SAARIKOSKI, PENTTI. Carta a mi mujer. Madrid; Nórdica Libros, 2016, traducido con expresividad y exactitud por Luisa Gutiérrez. Una salvedad importante: la fecha primera de publicación es 1968, emblemática para todos los que tenemos una edad y que de alguna manera se refleja en el libro.


 Pentii Saarisoki (1937-1983) es un escritor finlandés, poeta en ocasiones, periodista de sátira política acerada y crítica constante al conservadurismo de su sociedad, y que conocía bien a los clásicos griegos y latinos, a los que tradujo al finés con acierto. Y no sólo a los antiguos, sino a los cásicos contemporáneos: hay una versión suya de El guardián entre el centeno, de Salinger y, más importante para la obra que nos ocupa, tradujo el Ulises, de Joyce lo que hice que conociera la novela que inaugura la literatura contemporánea bien a fondo, y a la que hace de algún modo un homenaje en esta carta. Su visión crítica del mundo, la política y la cultura estadounidense era tan fuerte que durante un tiempo coqueteó con los comunistas, esos peligrosos vecinos, aunque sus críticas tampoco debían sentar nada bien al otro lado de la frontera. Su vida y su obra estuvieron influidas por el alcohol, tanto que fue el causante de una muerte prematura. De todo ello tenemos muestras en el libro que nos ocupa: "Sin un coño puedo vivir un tiempo, sin alcohol ni un solo día" (pág. 96). Más adelante escribe: "En fin, follar y beber alcohol son vicios, son de esos valores tradicionales sobre los cuales lo más sabio es guardar silencio" (pág. 84).

 
Se trata de literatura epistolar pura y dura desde el propio título, . Las 120 páginas de que consta, forman una única carta que un hombre está escribiendo a su mujer, y la perífrasis durativa no es vana, desde Irlanda, a donde ha ido, no sabemos bien a qué, al parecer, afirma, "me marché de Helsinki para liberarme de los círculos en los que me había quedado atascado" (pág. 32). Sí sabemos que "cuando esté en Dublín te contaré  más sobre esos hechos que pueden ayudarnos a ambos" (pág. 17). Sin embargo el proceso de escritura se manifiesta desde un principio como algo obsesivo: "No pienso borrar ni una sola palabra, ni añadir nada después" (pág. 11). En otro momento añade que "para mí escribir significa reconocer una derrota" (pág. 29), lo que resulta contradictorio con la afirmación del que escribe, alter ego del autor, "Esta carta, cuyo propósito es mantenerme con vida" (pág. 55). El otro gran apoyo para su supervivencia es la bebida. El escribidor, que diría D. Mario, es un trasunto del autor, como ya he dicho. Como él, ha traducido el Ulises y ha viajado a Irlanda, donde confiesa "Creo que nunca me he sentido tan solo como ahora" (pág. 53). Y no es de extrañar, ante la lejanía de su esposa ("me encuentro un poco sentimental, el tercer día separado de ti, [...] el día gris, la tarde oscura", pág, 24), a la que pide constantemente dinero y que venga a recogerlo, y al hecho de que "en esta habitación no hay más ventanas que los espejos" (pág. 17). Se añade que considera a "Dublín una ciudad tediosa" (pág. 21) y que piensa que "el mundo ha sido construido según los bocetos realizados por algún enfermo mental, se puede contemplar y uno puede extrañarse de él, pero no se puede cambiar nada" (pág. 104). Como vemos, no es la alegría de la huerta precisamente.

 
He querido añadir este otro cuadro del pintor danés porque, de algún modo, me parece que refleja a este pobre hombre encerrado en su habitación o recorriendo la ciudad de pub en pub, sin parar de beber, tanto cerveza como ginebra, comiendo poco y mal, como hacía el protagonista de Joyce. Va visitando lugares emblemáticos de la novela del irlandés: "el muro contra el que se masturbó L. Bloom, la torre de Joyce" (pág. 49). Y escribe sin pausa, sobre cualquier mesa donde lo dejen, para recordar ante la destinataria de su carta, su mujer, a sus anteriores parejas, historias que acabaron en fracaso ("para avanzar hay que retroceder", pág. 38), lo que no desea que suceda ahora. Todo en el libro luce un tono desencantado, como de vuelta de todo; en muchas ocasisones el sarcasmo dice mucho de su estado de ánimo: "Los traseros brincando de las muchachas me excitan más que las teorías de Marx" (pág. 44). Y en otro lugar: "les conté que era comunista, eso les impresionó [...] me puse a hablar de pollas y coños, y eso les dejó estupefactos" (pág. 49, todo muy en la onda de los sesenta). En algún momento las pinceladas descriptivas de lo que ve en sus paseos, el río Liffey, con sus aguas que el mar se lleva y devuelve, los paseos por Grafton str., o los parques que recorrí con tanto agrado, aquí son paréntesis momentáneos que no alivian su necesidad de bebida, ni atenúan la ausencia de la mujer. Y hay que seguir escribiendo, de forma febril, angustiosa, para no llegar a ningún sitio. Obsesivo, he diho más arriba. Y lo es. Me ha hecho pensar en alguna de las películas finlandesas que nos llegan de tarde en tarde y donde parece que la oscuridad se ha metido dentro de los humanos que allí habitan, tan hondamente que la llevan dondequiera que vayan. Sirvan estas líneas de agradecimiento al que diseñó este blog, Francisco Más Silvestre, que seguramente sabrá de lo que hablo. Así pues, un libro que no es, desde luego, para paldares delicados. 
 
José Manuel Mora. 
 














 

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