Western
Creo que ya he señalado por aquí alguna vez que el género "del Oeste" no es de mis preferidos, tal vez por lo tópico de sus temáticas, por lo repetitivo de sus historias, por lo visto que lo tenemos desde nuestra infancia y adolescencia. Ya sé que hay obras maestras en él. Lo primero es un prejuicio como otro cualquiera. Y sin embargo, algún comentario elogioso en prensa, y que la serie sólo tuviera seis capítulos hizo que me pusiera a verla. Al conocer el título, Érase una vez en el Oeste (que en inglés, American Primeval, significa "América primitiva", con lo que hacen del nombre de todo el continente el que denomina a su país, como hace el truño de Trump con su MAGA), me vino a la cabeza un clásico homónimo de los sesenta de Sergio Leone y que la música de Morricone convirtió en imperecedero, C'era una volta il West (1968, que aquí se tituló Hasta que llegó su hora). Allí es el ferrocarril el que pretende atravesar el continente. En la serie creada y escrita por Mark L. Smith y dirigida por Peter Berg son otras las fuerzas que intentan apropiarse del territorio ocupado desde tiempos inmemoriales por los nativos. Está en Netflix. Hace un par de semanas que la vi y no es lo mismo escribir "en caliente", pero no quiero olvidarme de haberla visto, por eso redacto estas notas.
Nada más empezar, uno se da cuenta de que ha de desterrar los prejuicios señalados más arriba. Es otra la perspectiva, y otra la manera de rodar. Se sitúa en 1857, en lo que luego se conocerá como el estado Utah, presentando unos hechos reales (Masacre de Mountain Meadows), aquí modificados dramáticamente, pero al parecer perfectamente documentados: Un grupo de colonos con sus carretas se dirige hacia California. Entre ellos va una mujer, Sara (Betty Gilpin) y su hijo discapacitado físico, Devin, que huyen de un crimen y que pretende encontrar al padre del chico. Al grupo se le interpondrá una milicia mormona encapuchada, que pretende controlar el territorio en nombre de Dios, ayudada por los indios paiute, y que provocarán una terrible matanza de más de cien personas entre los integrantes de la caravana. El ejército a su vez trata de imponer la legalidad, y al tiempo un grupo de tramperos busca a la mujer por cuya cabeza se ofrece un dineral. Ésta acabará siendo ayudada a cruzar las Rocosas por Ismael (Taylor Kitsch, irreconocible intérprete de True Detective), un hombre atormentado, criado por los indios y que perdió a su mujer y a su hijo. En ese mundo "Nadie sobrevive solo", tal y como se lee en el cartel anunciador. Es esta trama tan aparentemente enrevesada la que posibilita que en cada episodio aumente la tensión y el interés. No quiero desvelar más elementos de la historia, que los hay, como la tribu de shoshones nativos, encabezada por una mujer, que pretende mantener la paz, en contra de los ardientes y jóvenes guerreros del clan. De hecho la violencia es la característica común a todos los personajes de la historia, incluida la mujer protagonista. No hay edulcoración que mitigue el horror que se vivía en una tierra en la que nadie parece estar a salvo y en la que el único objetivo es sobrevivir. El par de fotos que dejo ya da idea del modo en que se ha rodado, con una fotografía espléndida de Jacques Jouffret.
José Manuel Mora.
P.S. Convendría verla en V.O.S para percibir el habla de los indios por oposición a los colonos.
Comentarios