Abelardo de Carlos y la Moda Elegante Ilustrada, por Alicia Moreno de Carlos

Investigación "ilustrada"

Me ha parecido oportuno etiquetar la entrada en el epígrafe de "Documentación", ya que la conferencia que se anunciaba en la sala Rafael Altamira de la Sede de la UA, tenía que ver con colecciones "ilustradas", no en el sentido del s. XVIII, que también, sino de revistas que venían bellamente "iluminadas", por usar el término que solía emplearse desde los códices medievales. Abelardo de Carlos y la Moda Elegante Ilustrada era el título que la compañera de la AAUP, Alicia Moreno de Carlos, profesora en ciclos formativos de grado superior y asociada en la U.A., se disponía a impartir en presencia de la Vicerrectora, la señora Rosabel Roig, de la directora de la UPUA, Marian Aleson y del presidente de la Asociación, Rafael Arenillas. El cartel anunciador del evento ya era bastante sugeridor. Que la ponente fuera descendiente del que daba el título a la conferencia, se explicaba por el hecho de que ella recibió en herencia una colección completa y ejemplares sueltos de otra, de unas revistas con origen en el s. XIX, propiedad de su tatarabuelo. Ello le ha permitido escribir un libro en colaboración, a partir de la investigación que ha llevado a cabo en dichas colecciones, Moreno de Carlos de la Torre, Alicia y el abogado De Carlos Bertrán, Luis: Abelardo de Carlos, el editor ilustrado, Córdoba: Editorial Almuzara, 2022, que incluye un sinnúmero de ilustraciones a lo largo de sus 334 páginas.


De mis tiempos de profesor en el Módulo de Biblioteconomía, Archivística y Documentación, sé de la importancia que tienen las revistas, desde su aparición en el s. XVIII, como elemento de contenidos informativos: El Mercurio, La Gaceta, dieron la oportunidad de estar informada a parte de la población hispana alfabetizada. Las que aparecen en el s. XIX, época turbulenta, van conformando lo que se conoce como "nuevo periodismo". Y ahí aparece la figura de Abelardo de Carlos, (Cádiz, 1822 - Madrid, 1884), quien empezó como librero y acabó fundando dos revistas que terminarían por lograr la transición del periodismo de opinión, al factual. La Ilustración Española y Americana (1868 - 1921) se convirtió en una de las revistas más importantes de la época. Se publicaban cuatro ejemplares al mes. Era de carácter enciclopédico y liberal. En ella colaboraron escritores consagrados, miembros de la RAE, y políticos de la talla de Castelar. También los provenientes de Hispanoamérica, como Rubén Darío, corresponsales de guerra... Incorporaba publicidad, algo pionero, y lo más importante, venían "ilustradas" con magníficos dibujos. Este "emprendedor" decimonónico fundó también el Círculo de Bellas Artes.


Es curioso que esta colección que Alicia conserva completa, no se digitalizara en su momento, dado que ello permite el fácil acceso para que los investigadores puedan rastrear las informaciones pertinentes, ya que son una fuente inagotable de datos y de imágenes que permiten conocer a través de ellas la vida de la época, y no sólo las ideas de quienes en ellas escribían.


La Moda Elegante Ilustrada salió a la calle entre 1842 y 1927, lo que resulta indicativo de la aceptación que conseguía, además de lograr ser muy influyente en su campo. Pudiendo pecar de políticamente incorrecto, diré que iba dirigida al público femenino, aunque también se acabaran incluyendo ejemplos de moda varonil e infantil. Acogió a mujeres escritoras, lo que era poco frecuente en la época. La exposición amena y clara, apoyada en las imágenes que se iban proyectando en pantalla, permitía hacerse una idea de cómo la moda había ido evolucionando. Si en el s. XVIII era marcada por la aristocracia, el XIX, siglo burgués por antonomasia, dio paso a una ampliación de sectores interesados en las novedades.  

No sólo se incluían dibujos de los diferentes modelos del vestir, sino también de los tocados para la cabeza, o los peinados, amén de todo lo que una señora debía llevar consigo: guantes, bolso, sombrilla.. En otras partes se incluían patrones que posibilitaban la confección a quien dispusiera de las primeras máquinas de coser. También se presentaban los artilugios que se llevaban bajo la ropa para conseguir las formas deseadas: corsés, miriñaques, crinolinas, hechas con crines de caballo, lo que convertía los vestidos en altamente inflamables.  


A través de la revista se fue imponiendo la costumbre de agrupar los modelos por temporadas, cosa que todavía se mantiene. Hubo que esperar a 1869 para que apareciera el primer traje de baño femenino. La industrialización trajo como consecuencia un cambio en los tejidos, en los tintes, en la forma de tratarlos... Tras la Primera Guerra Mundial llegó una mayor libertad en el vestuario femenino, al incorporarse la mujer a trabajos de fábrica y administrativos. Se olvidaron del corsé, se acortaron las faldas, apareció el traje de chaqueta y también el deporte hizo lo suyo al ir permitiendo a las mujeres la participación en el mismo, con el consiguiente cambio de atuendo.


Bucear en todo ello ha debido de suponer para nuestra compañera Alicia, no sólo un trabajo enorme, sino un gusto por lo que iba descubriendo. La figura del tatarabuelo se fue mostrando no sólo como el editor que fue, sino como empresario de fuste, periodista y mecenas. Que al final de la exposición, el profesor Enrique Rubio, especialista en la literatura del XIX, dijera que la obra de Abelardo de Carlos no estaba ni mucho menos olvidada y que pusiera en valor el trabajo de Alicia no hizo sino ahondar en la satisfacción de todos quienes habíamos disfrutado con la magnífica exposición de nuestra compañera.  

José Manuel Mora.

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