Investigación "ilustrada"
Me ha parecido oportuno etiquetar la entrada en el epígrafe de "Documentación", ya que la conferencia que se anunciaba en la sala Rafael Altamira de la Sede de la UA, tenía que ver con colecciones "ilustradas", no en el sentido del s. XVIII, que también, sino de revistas que venían bellamente "iluminadas", por usar el término que solía emplearse desde los códices medievales. Abelardo de Carlos y la Moda Elegante Ilustrada era el título que la compañera de la AAUP, Alicia Moreno de Carlos, profesora en ciclos formativos de grado superior y asociada en la U.A., se disponía a impartir en presencia de la Vicerrectora, la señora Rosabel Roig, de la directora de la UPUA, Marian Aleson y del presidente de la Asociación, Rafael Arenillas. El cartel anunciador del evento ya era bastante sugeridor. Que la ponente fuera descendiente del que daba el título a la conferencia, se explicaba por el hecho de que ella recibió en herencia una colección completa y ejemplares sueltos de otra, de unas revistas con origen en el s. XIX, propiedad de su tatarabuelo. Ello le ha permitido escribir un libro en colaboración, a partir de la investigación que ha llevado a cabo en dichas colecciones, Moreno de Carlos de la Torre, Alicia y el abogado De Carlos Bertrán, Luis: Abelardo de Carlos, el editor ilustrado, Córdoba: Editorial Almuzara, 2022, que incluye un sinnúmero de ilustraciones a lo largo de sus 334 páginas.
Es curioso que esta colección que Alicia conserva completa, no se digitalizara en su momento, dado que ello permite el fácil acceso para que los investigadores puedan rastrear las informaciones pertinentes, ya que son una fuente inagotable de datos y de imágenes que permiten conocer a través de ellas la vida de la época, y no sólo las ideas de quienes en ellas escribían.
La Moda Elegante Ilustrada salió a la calle entre 1842 y 1927, lo que resulta indicativo de la aceptación que conseguía, además de lograr ser muy influyente en su campo. Pudiendo pecar de políticamente incorrecto, diré que iba dirigida al público femenino, aunque también se acabaran incluyendo ejemplos de moda varonil e infantil. Acogió a mujeres escritoras, lo que era poco frecuente en la época. La exposición amena y clara, apoyada en las imágenes que se iban proyectando en pantalla, permitía hacerse una idea de cómo la moda había ido evolucionando. Si en el s. XVIII era marcada por la aristocracia, el XIX, siglo burgués por antonomasia, dio paso a una ampliación de sectores interesados en las novedades.
No sólo se incluían dibujos de los diferentes modelos del vestir, sino también de los tocados para la cabeza, o los peinados, amén de todo lo que una señora debía llevar consigo: guantes, bolso, sombrilla.. En otras partes se incluían patrones que posibilitaban la confección a quien dispusiera de las primeras máquinas de coser. También se presentaban los artilugios que se llevaban bajo la ropa para conseguir las formas deseadas: corsés, miriñaques, crinolinas, hechas con crines de caballo, lo que convertía los vestidos en altamente inflamables.
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