Inquietantes paralelismos
Esta vez el anzuelo ha sido el protagonista. No tenía más referencia. Que la serie constara de tan sólo seis episodios también lo hemos tenido en cuenta. Zero Day, título original, traducido limpiamente por Día cero, es una producción estadounidense creada y escrita por Eric Newman et al. Es reciente. De 2025. Y está en donde la N roja, Nesflís.
Un ciberataque generalizado deja a oscuras a todo el país durante un minuto con los consiguientes destrozos, entre ellos más de tres mil muertos. Hay una presidenta que nombra al que fue su antecesor en el cargo, George Mullen (Robert de Niro, a sus 82 años), para que encabece una comisión que investigue el caso, descubra a los autores para evitar que se repita. La duda surge cuando comienza a vislumbrarse la posibilidad de que el ataque no provenga del exterior, sino del propio país. No todos aquellos que están en las altas esferas consideran que se debe actuar del mismo modo. Los hay que vienen espoleados por "comunicadores" que pretenden echar a la gente a la calle, como ya sucedió en el asalto al Capitolio. Las luchas internas encaminadas a abarcar más poder van trenzando un crescendo de lo más inquietante, por las semejanzas con la actualidad allá en los USA. La honestidad del viejo expresidente, frente a la corrupción de los trepas. Si a todo este thriller político se le añaden elementos de conflicto familiar, y toda la angustia interior de quien no sabe si está todavía capacitado para llevar su tarea adelante, producen una emoción añadida en el espectador.
Es cierto que el desenlace podría tildarse de un poco autocomplaciente, pero el retrato de las redes clientelares, los largos recorridos de cámara por pasillos interminables, la ambientación con esos planos cenitales que dan la impresión de retransmisiones en directo, están muy conseguidos. Seguro que la serie no sería lo que es de no estar De Niro presente, en su primera actuación para televisión. Los primeros planos del actor condensan todo su mundo interior, contenidos y expresivísimos, de enorme fuerza. No ha tenido pelos en la lengua y ha calificado al infame de Trump como "un payaso empeñado en destruir la democracia estadounidense", y coronarse como imperator, diría yo. Lo que acabará siendo una dictadura si sus propios conciudadanos no lo impiden.
Me parece altamente recomendable, dado que puede ponernos en alerta sobre lo que se nos puede venir encima si los hackers se sitúan a las órdenes de quienes pretenden controlar el país, o si el "público" acaba creyendo las paparruchas de quien sólo pretende hacer caja con sus programa sensacionalista.
José Manuel Mora.
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