Cuando nadie nos ve, de Enrique Urbizu

Frontera

Esta vez ha sido la presencia de la protagonista en el cartel lo que me ha animado a verla, sin tener más referencias. Y sin embargo Enrique Urbizu es un director del que ya había visto con anterioridad propuestas que me resultaron bastante satisfactorias, a pesar de que el género en que se mueve tiene sus peligros a la hora de la credibilidad. La caja 507 (2002), y No habrá paz para los malvados (2011) fueron dos golpetazos sorprendentes para quienes creíamos que aquí no se podía hacer cine "negro", que Urbizu solía convertir en cine político. Vuelve ahora con esta serie, Cuando nadie nos ve, colgada en HBO Max, con ocho episodios. Es la primera serie española producida por la plataforma. Aquí ha tenido a Daniel Corpas como cocreador y guionista, que se ha basado en la novela de Sergio Sarria


He titulado así la entrada porque la acción se desarrolla en Morón de la Frontera, que linda con una de las bases estadounidenses más importantes del sur de Europa. Es conocido que tanto aquí como en Torrejón, los militares viven en su burbuja, pocos conocen nuestro idioma y pocos son también los que se animan a salir de la base. Aquí no tendrán más remedio que hacerlo, ya que se dan una serie de crímenes que obligan a tomar cartas en el asunto a la sargento del puesto de la Guardia Civil, una Maribel Verdú contenidísima, hierática, como si la coleta le estirara las facciones, resolutiva, incapaz de soltar la presa cuando comienza a tener datos que la orientan. Tendrá que colaborar con la investigadora que envían las autoridades americanas a la base (Mariela Garrido, bilingüe perfecta al ser de origen cubano), para dar con un sargento yanki desaparecido. A pesar de las diferencias culturales y de metodología en el trabajo acaban ayudándose mutuamente. Como telón de fondo, la Semana Santa de Morón. De hecho cada capítulo coincide con cada uno de los días santos. Además de la necesidad por conocer la verdad, en la serie queda de manifiesto que la lucha por el poder puede interferir en el hallazgo de los culpables. 


El harakiri con el que arranca, ya nos pone en la pista de que Urbizu no se va a cortar un pelo. A todo ello se une el tráfico de drogas adulteradas, la corrupción política, los intereses personales de quienes son alguien en el pueblo... Los giros de guión consiguen que cada final de capítulo te deje con ganas de saber cómo continúa. La ambientación con las procesiones de fondo, el ambiente de un pequeño puesto de la Guardia Civil sin demasiados medios pero con gente capacitada, la impenetrable base militar, conforman todo un mundo en el que todo puede suceder.  El "cuando nadie nos ve" del título es ese momento en que creemos que podemos hacer cualquier cosa, sin darnos cuenta de que es también es cuando más expuestos estamos a cometer errores.  


El director ha preferido evitar los efectismos de las series estadounidenses y las dos investigadoras se centran en la búsqueda de rastros que las lleven adonde quieren ir, lo que irá poniendo al descubierto un mundo oscuro, bajo los oropeles de los tronos semanasantinos. El quinto capítulo acaba poniendo al espectador en una situación que lo deja por encima de lo que saben los personajes. Lo interesante será pues saber cómo resuelven los misterios y las muertes y por qué sucedió todo lo que presenciamos. Los actores secundarios sirven a la perfección a sus personajes: Dani Rovira y sus oposiciones, o María Alfonsa Rosso, con sus despistes de memoria dan en la diana. Como lo hacen también los actores estadounidenses, que no conocía: Ben Temple, coronel de la base y el adusto Austin Amelio. En resumen, una serie que se podría ver de tirón, muy bien resuelta y en la que la presencia de la Verdú arrasa con todo.

José Manuel Mora.



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