El maestro, de Farah Nabulsi

Como sacado de un telediario

Sobrepasados por los crímenes que el gobierno de Netanyahu está cometiendo en Gaza, dudamos en aceptar la recomendación de amigos nuestros, para que viéramos El maestro (The Teacher), dirigida y escrita por Farah Nabulsi, (Londres, 1978), cineasta británico-palestina y defensora de los derechos humanos a través de su productora, con la que intenta rehumanizar a los palestinos que viven en los territorios ocupados por Israel. Filmin la calificaba con un 7´2 sobre diez. Así que nos animamos. No tenía noticia de su estreno en 2023. Al inicio se nos advierte de que está basada en hechos reales.


Un maestro, que enseña inglés a muchachos palestinos, está secretamente comprometido con la resistencia política de quienes no aceptan que Israel ocupe tierras, derribe casas con la piqueta, como sucede al inicio de la cinta, lo que deja a la familia en la calle. A la vez se implica con dos alumnos suyos, los vecinos desahuciados, a quienes queman los olivos que poseen, como método para obligarlos a dejar sus tierras. Nada que no veamos en la televisión. Un tercer elemento es la atracción que siente por una trabajadora social británica que está allí para echar una mano. Todo se irá complicando. Y la brutalidad del ejército completará la de esos colonos que creen en el mito bíblico de la "tierra prometida", lo que les daría derecho a ocupar todo el espacio desde el Jordán hasta el mar, haciendo desaparecer un estado que es más antiguo que el que los británicos cedieron en1948 para permitir que los judíos que huían del nazismo tuvieran una tierra que los albergara. 


Las distintas tramas individuales se van entretejiendo con el secuestro de un soldado judío al que se pretende canjear por mil presos palestinos, lo que sucedió en realidad allá en 2011. Estamos ante una película claramente política, de las que toman partido, de las que impiden que uno se quede neutral. Los tres personajes principales está extraordinariamente encarnados por Saleh Bakri, en el papel del atormentado y sensato profesor, que debe elegir entre la enseñanza y el activismo, a quien no reconocí como protagonista de la maravillosa El caftán azulImogen Poots, como la cooperante, y el joven Muhammad Abed Elrahman, lleno de furia y afán de venganza, con quien el maestro acaba desarrollando una relación paternofilial. El desarrollo de la trama y el dibujo de los personajes nos tuvieron en tensión y llenos de un cabreo sordo, al ver reflejado lo que los noticiarios nos presentan cada día. Película necesaria para quienes no tienen una visión completa de lo que allí sucede. Una historia que debe seguir contándose sin cesar, mientras los colonos, apoyados por el ejército, sigan ocupando tierras que no son suyas y levantando muros que rompen un territorio. Y a pesar de que, tras ver el horror de Gaza, la película podría calificarse de light.

José Manuel Mora.



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