Pensar en veu alta, de Òscar Banegas

Miscelánea crítica

                                                   Escriure és altra manera de lluitar per una societat millor

Cuarenta años de profesión dan para que haya pasado ante mí un alumnado extenso y variado. Con algunos he mantenido la relación cincuenta años después; las redes ayudan a hacerlo ahora con más facilidad. De todos ellos, que yo sepa, tan sólo dos se han propuesto la tarea de escribir. Que uno de ellos me haya dedicado cariñosamente su libro y que me haya pedido que lo lea y lo reseñe me pone en un aprieto. Si además está escrito en valencià, ello me obligaría a escribir estas líneas en esa lengua por coherencia. Ya he explicado en una entrada anterior que mi prurito de profesor hace que no me sienta del todo seguro para hacerlo con la corrección debida, razón por la cual lo haré en castellano. El autor me ha prometido que se encargará de realizar una traducción tan acurada como sol. Banegas Garrido, Òscar. Pensar en veu alta. Reflexions sense pèls en la llengua. Alicante: Editorial Club Universitario, Ensayo; 2025. 308 páginas. 

Banegas (Alacant, 1978) fue alumno mío con apenas 16 años. Siempre me costó suspender a quienes se esforzaban, pero me costaba más dar la máxima calificación. El trabajo de documentación sobre Les Fogueres de Sant Joan que realizó al finalizar el curso me obligó a calificarlo con un diez, de los pocos que he dado. Ya apuntaba maneras, pues. Al dejar el instituto y marchar a la Universidad a estudiar Filología Catalana le perdí la pista, como a tantos. Lo reencontré mucho tiempo después ejerciendo de profesor de catalán en la Universidad de Bolonia. Nos sirvió de cicerone, en una ciudad que conocía bien. Compartimos viaje de regreso con su madre. Y desde entonces reanudamos la relación. Solemos coincidir en el cine y en el teatro, aficiones que compartimos, además de la lectura. Y aunque ambos somos castellanohablantes por familia, desde que él decidió asumir el valenciano como lengua de comunicación, es en esa lengua como interactuamos. Su trabajo actual en la U.A. como Técnico de Lenguas hace que su cuidado por el idioma sea extremo, lo que se pone de manifiesto al leer el libro. Es colaborador de opinión en el Diari La Veu del País Valencià, además de publicar en el diario Información de Alicante y en medios de alcance estatal, como Zero, InfoLibre, El País, Infogai, Queer Magazine, 20 Minutos... 


Lo que he tenido entre manos estos últimos días de este tórrido e incendiado agosto ha sido un conjunto de 103 artículos, escritos en valencià la mayoría y algunos que vienen traducidos por él mismo al castellano, al ser publicados en periódicos o revistas que editan en esa lengua. Hay incluso uno de ellos escrito en un impecable italiano, idioma que domina, además de otros cuatro, según confiesa este enloquecido por los idiomas. Ha llegado incluso a matricularse en euskera. El más antiguo de los que se incluyen se remonta a 1997; el último, a diciembre de 2024. Ello me ha supuesto adentrarme en una especie de túnel del tiempo y comenzar a recordar hechos antiguos, que conocía y que mi desvencijada memoria había guardado ya en algún cajón lleno de telarañas. Cuando hablaba en el título de esta entrada de "crítica", lo hacía porque esa es la perspectiva desde la que el autor se sitúa, sea cual sea el tema del que se ocupa. Sólo cuando recuerda que es filólogo se muestra con toda la neutralidad y la objetividad que se le puede exigir a un estudioso, como cuando explica en italiano la historia de la lengua y de la cultura catalanas para que su alumnado de allá acceda en profundidad a lo que Banegas conoce a fondo. 


La temática es variadísima y va desde cuestiones de actualidad, a crítica política, asuntos de carácter cultural y lingüístico, otros de análisis de temas sociales, comentarios de películas y toda la problemática que el colectivo LGTBIQ+, al que él pertenece, puede estar sufriendo o peleando, ya que su actitud es siempre reivindicativa. Raíces, tradiciones, fiestas, todo parece interesarle. El tono serio con el que trata todo ello, se ve teñido a veces por la ironía, el humor e incluso el sarcasmo, ya que algunas situaciones parecen exigirlo. Todo ello, como dice el subtítulo, sense pèls en la llengua. Si escribir cualquiera de mis reseñas me lleva una tarde, dado que no quiero que contengan errores ni de estilo ni otros que tengan que ver con el contenido, no quiero pensar lo que le habrá supuesto a Banegas cada una de sus publicaciones, cargadas de datos precisos, fehacientes, que lo cargan de razones a la hora de criticar o apoyar causas que él cree que lo merecen. En realidad son un conjunto de crónicas, informaciones, protestas encendidas de alguien que tal vez por su juventud se muestra como combativo, militante, inasequible al desaliento. Leyendo, a veces me he sentido más escéptico que él, aunque comulgue con sus ideas. Parece mentira que tenga que denunciar todavía declaraciones de gente que da la impresión de hablar desde el Pleistoceno Superior, sean profesores universitarios, políticos, obispos, e tutti quanti. Por no hablar del casi un año pasado tras el desastre de la riuà y que siga en su puesto alguien como "MalSon", incapaz de decir dónde estuvo cuando su presencia era absolutamente necesaria y obligatoria en el puente de mando. No té memòria ni consciència. Quin fàstic!


El libro me ha supuesto un enriquecimiento importante de mi léxico valenciano. El suyo es amplísimo, cargado de refranes, localismos expresivos, cuando lo necesita, y también de términos cultísimos, lo que pone de manifiesto una de sus premisas, considerar el valencià como lengua de Cultura, con mayúscula. He de confesar que probablemente hayan sido los artículos más personales: su salida del armario, Adeu, armari, adeu (pág. 37), la ruptura de una relación de siete años con todo el dolor que comporta, su viaje a Galicia, o a Vianos, el pueblo de sus padres, los que me han emocionado especialmente. Verme capaz de leerme 300 páginas de limpia y apretada prosa en un idioma que no es en el que suelo hacerlo, me ha supuesto un acicate y el descubrimiento de la profundidad del idioma y de cómo, al igual que suele suceder con otros, transmiten no sólo una realidad, las ideas, los sentimientos del autor, sino una verdadera y honda weltanschauung, que decimos los alemanes, además de mi profesor de filosofía de Valencia, D. Carlos París, que fue quien me enseñó el término, algo así como "cosmovisión". Una razón más para agradecer a Òscar, no sólo su afectuosa dedicatoria, sino mi puesta a punto con este baño de realidad socio-lingüística. Se puede encontrar en 80 Mundos y en Pynchon & Co. Espero y deseo que el libro tenga el recorrido que merece ya que como dice en la cita introductoria Òscar está convencido de que lucha por una sociedad mejor. Yo así lo creo también. 

José Manuel Mora.

P.S. A continuación, y como señalé más arriba, dejo la traducción de esta reseña realizada por el propio Banegas.

Miscel·lània crítica

                                                   Escriure és altra manera de lluitar per una societat millor

Quaranta anys de professió donen perquè haja passat davant meu un alumnat extens i variat. Amb alguns he mantingut la relació cinquanta anys després; les xarxes ajuden a fer-ho ara amb més facilitat. De tots, que jo sàpia, tan sols dos s’han proposat la tasca d’escriure. Que un d’ells m’haja dedicat afectuosament el seu llibre i que m’haja demanat que el llija i el ressenye em posa en un compromís. Si, a més, està escrit en valencià, això m’obligaria a escriure aquestes línies en eixa llengua per coherència. Ja he explicat en una entrada anterior que la meua condició de professor fa que no em senta del tot segur a fer-ho amb la correcció deguda, raó per la qual ho faré en castellà. L’autor m’ha promés que s’encarregarà de realitzar-ne una traducció tan acurada com ell acostuma. Banegas Garrido, Òscar. Pensar en veu alta. Reflexions sense pèls en la llengua. Alacant: Editorial Club Universitario, Ensayo; 2025. 308 pàgines.

Banegas (Alacant, 1978) va ser alumne meu amb 16 anys. Sempre em va costar suspendre els qui s’esforçaven, però em costava més donar la màxima qualificació. El treball de documentació sobre les Fogueres de Sant Joan que va fer en finalitzar el curs em va obligar a qualificar-lo amb un deu, dels pocs que n’he posat. Ja apuntava maneres, doncs. En deixar l’institut i marxar a la universitat a estudiar Filologia Catalana li vaig perdre la pista, com a molts. El vaig retrobar molt de temps després exercint de professor de català en la Universitat de Bolonya. Ens va servir de cicerone en una ciutat que coneixia bé. Vam compartir viatge de tornada amb sa mare. I des d’aleshores vam reprendre la relació. Solem coincidir al cinema i en el teatre, aficions que compartim, a més de la lectura. I encara que els dos som castellanoparlants per família, des que ell va decidir assumir el valencià com a llengua de comunicació, és en aquesta llengua com interactuem. El seu treball actual en la UA com a tècnic de Llengües fa que la seua cura per l’idioma siga extrema, la qual cosa es posa de manifest en llegir el llibre. És col·laborador d’opinió en el Diari La Veu del País Valencià, a més de publicar en el diari Información d’Alacant i en mitjans d’abast estatal com les extintes Zero, Infogai i Queer Magazine, infoLibre, El País, 20 minutos...

El que he tingut entre mans aquests últims dies d’aquest tòrrid i incendiat agost ha sigut un conjunt de 103 articles, escrits en valencià la majoria i alguns que estan traduïts per ell mateix al castellà en ser publicats en periòdics o revistes que editen en aquesta llengua. N’hi ha fins i tot un escrit en un impecable italià, idioma que domina, a més d’altres quatre, segons confessa aquest boig pels idiomes. Ha arribat fins i tot a matricular-se en èuscar. El més antic dels que s’hi inclouen es remunta a 1997; l’últim, al desembre del 2024. Això m’ha fet endinsar-me en una espècie de túnel del temps i començar a recordar fets antics que coneixia i que la meua desmanegada memòria havia guardat ja en algun calaix ple de teranyines. Quan parlava en el títol d’aquesta entrada de crítica, ho feia perquè aquesta és la perspectiva des de la qual l’autor se situa, siga quin siga el tema del qual s’ocupa. Només quan recorda que és filòleg es mostra amb tota la neutralitat i l’objectivitat que se li pot exigir a un estudiós, com quan explica en italià la història de la llengua i de la cultura catalanes perquè el seu alumnat d’allà accedisca en profunditat a allò que Banegas coneix a fons.

 La temàtica és variadíssima i va des de qüestions d’actualitat a crítica política, assumptes de caràcter cultural i lingüístic, altres d’anàlisi de temes socials, comentaris de pel·lícules i tota la problemàtica que el col·lectiu LGTBIQ+, al qual ell pertany, pot estar patint o lluitant, ja que la seua actitud és sempre reivindicativa. Arrels, tradicions, festes, tot sembla interessar-li. El to seriós amb el qual tracta tot això es veu tenyit a vegades per la ironia, l’humor i, fins i tot, el sarcasme, ja que algunes situacions semblen exigir-ho. Tot això, com diu el subtítol, sense pèls en la llengua. Si escriure qualsevol de les meues ressenyes em du una vesprada, atés que no vull que continguen errors ni d’estil ni d’altre tipus que tinguen a veure amb el contingut, no vull pensar el que li haurà comportat a Banegas cadascuna de les seues publicacions, carregades de dades precises, fefaents, que el doten de raons a l’hora de criticar o donar suport a causes que ell creu que ho mereixen. En realitat, són un conjunt de cròniques, informacions, protestes enceses d’algú que tal vegada per la seua joventut es mostra com a combatiu, militant, inassequible al desànim. Llegint, a vegades m’he sentit més escèptic que ell, encara que combregue amb les seues idees. Sembla mentida que haja de denunciar encara declaracions de gent que fa l’efecte de parlar des del Plistocé superior, siguen professors universitaris, polítics, bisbes e tutti quanti. Per no parlar del quasi un any passat després del desastre de la riuada i que seguisca en el seu lloc algú com Malson, incapaç de dir on va estar quan la seua presència era absolutament necessària i obligatòria en el lloc de comandament. No té memòria ni consciència. Quin fàstic!

 

El llibre m’ha representat un enriquiment important del meu lèxic valencià. El seu és amplíssim, carregat de refranys, localismes expressius quan els necessita, i també de termes cultíssims, la qual cosa posa de manifest una de les seues premisses, considerar el valencià com a llengua de Cultura, amb majúscula. He de confessar que probablement han sigut els articles més personals com el de la seua eixida de l’armari («Adeu, armari, adeu», pàg. 37), la ruptura d’una relació de set anys amb tot el dolor que comporta, el seu viatge a Galícia, o a Vianos, el poble dels seus pares, els que m’han emocionat especialment. Veure’m capaç de llegir-me 300 pàgines de neta i apretada prosa en un idioma que no és en el que acostume a fer-ho ha sigut un esperó i el descobriment de la profunditat de l’idioma i de com, com sol succeir-ne amb d’altres, transmeten no solament una realitat, les idees, els sentiments de l’autor, sinó una vertadera i profunda weltanschauung que diem els alemanys, a més del meu professor de filosofia de València, don Carlos París, que va ser qui em va ensenyar el terme, una cosa així com cosmovisió. Una raó més per a agrair a Òscar no sols la seua afectuosa dedicatòria, sinó la meua posada a punt amb aquest bany de realitat sociolingüística. Es pot trobar en 80 Mundos i en Pynchon & Co. Espere i desitge que el llibre tinga el recorregut que mereix, ja que com diu en la cita introductòria Òscar, està convençut que lluita per una societat millor. Jo així ho crec també.

José Manuel Mora

 


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