Dos mujeres
Una referencia leída en diagonal hizo que nos embarcáramos en esta serie. Y nos ha resultado tan apasionante que en dos tardes nos hemos visto sus cinco capítulos. Está en Netflix y se puede buscar con su título en español, Rehén, o bien con el original, Hostage. Se trata de una creación de Matt Charman, quien también ejerce como guionista y que escribió con éxito El puente de los espías dirigida por Spilberg. Se trata de una producción británica de este año. Tras el éxito obtenido por Adolescencia o con anterioridad, The Crown, es fácil pensar que pueda ser del mismo calibre, más si viene servida por dos excelentes actrices.

La Primera Ministra Abigail Dalton (Suranne Jones), dueña y señora del conocido portal de Downing Street, lidia con una carencia de medicación oncológica en las farmacias británicas. Para remediarlo se propone una reunión de alto nivel con Mme. la Présidente de Francia, Vivienne Toussaint (Julie Delpy), quien llega con ánimo de obtener colaboración con el problema migratorio y lograr rédito para su reelección contra la extrema derecha. Todo se complica cuando raptan al marido de la primera (Ashley Thomas), quien está en misión humanitaria en la Guyana Francesa. Le plantean un chantaje: para conseguir su liberación, deberá dimitir. Cuando la segunda se dispone a ayudarla, ya que el secuestro se ha producido en territorio colonial francés, también esta se encuentra con otro chantaje, un vídeo de carácter sexual que amenazan con difundir. Estos son los mimbres con los que se teje la trama, cada vez más difícil de resolver, como comprobará quien se anime a verla. Resumido así el planteamiento , parece quedar fuera lo que es un auténtico thriller político, cargado de acción trepidante y con no pocos dilemas morales que resolver. Es verdad que hay elementos que pueden parecer algo inverosímiles, pero ello no impide que resulte apasionante.

La wiki me recuerda que a Jones la disfruté a modo en Gentleman Jack. Y aquí vuelve a atrapar al construir un personaje que ha de ser fuerte, hasta lograr poner por encima de su familia a su país, y a la vez mostrar toda la fragilidad de una esposa enamorada y de una madre sufriente. A Delpy, más jovencita y menos adusta, la vi en la trilogía Antes de que amanezca. En este caso ha de ejercer como jefa de su país al tiempo que tiene que defender su intimidad, que está a punto de volar por los aires. Ambas acaban por sentirse solidarias, dos mujeres en peligro, por encima de de lo que políticamente deban hacer, más cuando la británica descubra que hay una trama profunda tras el secuestro de su marido. Las dos conforman un tándem interpretativo de caracteres opuestos.

La acción no decae, no da tregua en ningún momento, aunque haya situaciones que puedan resultar poco creíbles, como que Dalton tenga que bregar con apenas un fiel ayudante, o que su marido haya ido sin protección ninguna. Que al final veamos cómo se pone en peligro la democracia, añade tensión e interés. En definitiva, aunque no sea esencial para la supervivencia, ayuda a pasar un rato entretenido y trepidante.
José Manuel Mora.
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