Suk Suk, de Ray Yeung

Amor difícil

Creo que llego tarde para la recomendación, así que tal vez esta reseña sea para no olvidar una película que pienso que merece la pena: Suk Suk (Beso crepuscular, en la traducción del título en inglés), de 2019, y que tuvimos la oportunidad de ver, una vez más, en Filmin, aunque no estoy seguro de que siga colgada en la plataforma. Valdría la pena buscarla en caso contrario.

Está dirigida por un tal  Ray Yeung, guionista y aquí también director hongkonés, educado desde los trece años en Londres, en derecho, y dedicado al cine de temática gay desde 2005 (Cut Sleeve Boys). Dirige un festival especializado. Reconoce la influencia en él del cine de Ozu. La presente es su tercer largometraje y la primera cinta que rueda en chino y está basada en el libro Oral Histories of Older Gay Men en Hong Kong, escrito por el profesor de la universidad hongkonesa Travis S. K. Kong. El propio director reconoce que, como activista, ha filmado una película de personajes que conforman una minoría, gais en Hong Kong, y que a su vez integran otra minoría todavía más reducida y difícil, aquellos gais que tienen más de sesenta años y que se enamoran. A pesar de esta afirmación, él subraya que se trata de su propio mundo. Confiesa que le costó muchísimo seleccionar a los dos protagonistas entre más de 100 entrevistados. 

Pak (Tai Bo), de 70 años, es un taxista casado, con una hija embarazada a punto de contraer matrimonio, y otro hijo que le ha dado nietas y que se niega a jubilarse. En una escena de crusing a pleno día, en un parque, conoce a Hoi (Ben Yuen), de 65, que está divorciado, ya jubilado, y que vive con su hijo, un devoto cristiano también casado. Ambos han ocultado su sexualidad, por edad y por su entorno (en Hong Kong no se discrimina a los gais, pero el matrimonio entre ellos no está permitido), pero están orgullosos de las familias que han sido capaces de crear con esfuerzo y dedicación. En ese breve encuentro inicial surge la chispa de la atracción y se desata el deseo de vivir lo que no han podido a lo largo de sus vidas. Y esto es lo novedoso, que no se trata de una historia más de jóvenes occidentales que viven libremente su opción, sino de dos personas que han estado encerradas en el armario pero que quieren descubrir todo lo que se perdieron. 


Esa vivencia comporta dilemas difíciles de superar, ya que están acostumbrados a una vida "aburguesada", y la nueva relación les exige ocultar y mentir, más teniendo en cuenta la beatería del hijo de Ho, y el carácter fuerte de la mujer de Pak. Con ser interesante toda esta problemática, la película no se detiene ahí, sino que muestra los problemas de soledad que pueden arrastrar algunos gais que viven por su cuenta, los achaques de salud, la necesidad de apoyo de otros más jóvenes, o incluso el miedo a participar en voz alta, como miembros del colectivo, en una asamblea de carácter político municipal. 


La interpretación de los dos actores principales, Tai Bo y Ben Yuen, es de una naturalidad pasmosa, lejos de los arquetipos y sin ser juzgados por la cámara. Se podría decir que con sus dos formas de encarnar a los personajes, acaban formando las dos caras de una misma moneda. El director evita escenas morbosas; le interesan más las cotidianas, ir de compras, cenar en familia, celebraciones, y de ahí a otras más íntimas, en las que son capaces de toda la ternura que no pudieron nunca desplegar. La ambientación y la fotografía ayudan y el director muestra desde interiores casi claustrofóbicos, a paseos junto al mar. La cinta se cierra con una escena que deja abierto el desenlace, lejos del melodrama o el ternurismo.


El director declara que aunque ahora la sociedad de Hong Kong puede ser más abierta y estar dispuesta a ver una película así, aún quedan muchas barreras por derribar, como intenta hacer él con su película y como muestran estos dos viejos enamorados, llenos de deseo físico y emocional.

José Manuel Mora.


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