Lorenzo Aguirre, pintor

Descubrimiento

Sigo colocando estas "crónicas" relativas a las visitas de la Asociación de Antiguos Alumnos de la UPUA bajo la etiqueta de "documentación", una de las que intenta ordenar lo publicado, porque estas exposiciones son, de alguna manera, "documentos" de una época. Y una vez más se cumple el hecho de que la propuesta del MUBAG supone un descubrimiento. Modernidad y Valentía. La colección más íntima de Lorenzo Aguirre es el título de la exhibición que hemos visitado tutelados e informados por una de las encargadas del Museo, en nuestro grupo ha sido Alicia, en el otro, Ana. Gracias. Consta de 115 obras.

¿Por qué hablo de descubrimiento? Pues por dos razones, ya que se trata de un pintor del que no había oído hablar. De otra, porque el tal pintor, aunque había nacido en Pamplona en 1884, se sintió pronto muy cerca de la Terreta por motivos varios. Se formó como pintor bajo la tutela de otro alicantino, el alcoyano Lorenzo Casanova, éste sí me era conocido por haber vivido en el barrio de pintores, en la calle del Pintor Aparicio. La visita se inicia con imágenes que intentan contextualizar al personaje y que resultan evocadoras para los que tenemos una edad: el viejo Club de Regatas, los balnearios del Postiguet, la construcción de la estatua a Canalejas... Dejo aquí, a modo de presentación un autorretrato de 1929.


Viajó a París a principios del XX para completar su formación y acabó en Madrid pintando "monos", que es como se llamaba entonces a las caricaturas que se publicaban en los periódicos, como El Fígaro. Se trataba de carboncillos y guaches desenfadados, entre la sátira y el humor, como suelen, siempre relacionados con la realidad: la gripe "inglesa", o las actrices de moda, incluso Dª María Guerrero, tocada con sombrero y lazo. Desde ahí era fácil pasar al cartelismo publicitario. Al tiempo, y para conseguir estabilidad, opositó y logró plaza en el cuerpo de policía, donde acabaría ejerciendo cargos de responsabilidad durante la República. 


Tras la muerte de su primera esposa, se traslada a Alicante, donde vivía su madre. Se convierte en nuestra ciudad en un impulsor de las nacientes "Fogueres de San Chuan" (sic), para las que realiza carteles ganadores de gran formato y también diseña ninots. A la vez trabaja la acuarela y el óleo en retratos intimistas como el de su madre, su mujer y sus hijas, y en paisajes de la zona de Moraira, donde veraneaba, y Banyeres. Ilustra también novelas cómicas. Su prestigio se va afianzando dentro de lo que se conoce como "Renacer Alicantino" en el que están Azorín, Gabriel Miró, Óscar Esplá... Dejo aquí también un texto del primero que me parece acorde con los óleos paisajísticos. 




Trabajó unos bocetos murales en 1931 para el techo del futuro Palacio de la Diputación, que no acabaron de plasmarse en sus paredes. Y va de la temática social, como en "La cieguita", al desnudo de su segunda esposa, de espaldas, en la Playa de S. Juan, muy déco, influido por la tendencia imperante. 


La tranquilidad durará poco pues, fiel al Gobierno de la República, tuvo que seguirlo al exilio, que se consumó en Le Havre, con la esperanza de poder emigrar como tantos a Latinoamérica. Experimenta con técnicas nuevas, como la encáustica, a base de cera derretida, en un cuadro de un desnudo de gran formato que se expone, junto a otros prestados por un convento, en los que plasma la tarea filantrópica de las monjas que cuidaron de él en el primer penal. 


Y de nuevo, como le sucedió a Miguel Hernández, decide regresar a encontrarse con los suyos y es detenido en la cárcel de Porlier, desde donde ilustrará tres fábulas con las que se despide de sus hijas. Y allí, en 1942, será ajusticiado mediante garrote vil por "auxilio a la rebelión", cajón de sastre donde cabía cualquier hecho que permitiera deshacerse del "enemigo".  Sobre este trágico e injusto final la guía prefiere pasar de puntillas, manejando eufemismos, no sé si por indicaciones de la dirección del Museo.  El dramatismo se compensa al saber que la familia ha decidido ceder la colección completa al MUBAG, donde será restaurada y enmarcada de nuevo. Ahí estamos todos, satisfechos antes y después del recorrido.



P. S. 
A veces las "causalidades" provocan coincidencias inesperadas. Al día siguiente de la visita se representaba en el Teatro Arniches, la obra Encendidas, de Paca Aguirre (Premio Nacional de Poesía de 2011 y Nacional de las Letras Españolas de 2018), en la que realiza, por medio de una alter ego comedianta, Lola López, un recorrido por su extensa vida, dramática en sus inicios, como cuando en su obra Los trescientos escalones, recuerda su paso por París.


Y luego feliz, tras su matrimonio con el también poeta Félix Grande, y con tantos amigos que la han acompañado. La actriz va desgranando textos de Paca, con enorme fuerza, apoyada en una guitarra y un cantaor extraordinarios. Buena manera de acercarse de manera bifronte al padre y a la hija. Ambos fueron nombrados "hijos predilectos" de Alicante.

José Manuel Mora. 



Comentarios