Castellnou
Hoy viajamos hacia el sur. Ha amanecido nublado pero, conforme avanzamos hacia el mar, el sol se va abriendo camino entre nubes de algodón desgarradas por la luz. Dejamos la laguna de Leucate a la izquierda, que ya nos resulta reconocible, separada del mar por una fina barra de tierra. La luz es ahora casi mediterránea con el brillo marino al fondo.
Antes que nada, y en formato proyección, nos presenta ejemplos de la publicidad decimonónica pensada para atraer una clientela burguesa que pudiera pagarla, claro está. Los diseños son muy fin de siècle, por los atuendos y las poses, muy belle époque. Los realizaron artistas famosos de aquellos años. Se presentaron 1900 participantes Es curioso que el patron, de extracción humilde, diera diez días de vacaciones al año a sus trabajadores ya en 1889.
Nos muestra un pequeño museo con objetos que en su momento fueron necesarios para el embotellamiento del "licor", y acabamos en unas naves de techos altísimos que albergan toneles troncocónicos de hasta 70.000 litros nada menos. El récord mundial es el de la tina de roble con capacidad para más de un millón de litros, que se dice pronto. No sólo sorprenden por su tamaño, sino por el trabajo que habrá supuesto su confección con la curvatura de tantas duelas. La empresa iba tan bien que se construyó una estación de ferrocarril encargada a G. Eiffel, lo que da idea del volumen del negocio. En 1910 ya contaban con 750 empleados.
En los años sesenta la compañía fue comprada por la marca Cinzano, que ya acogía a Pernod-Ricard. La visita concluye ante un magnífico quiosco de 1891, presente en ferias universales, entre brindis y risas generalizadas. Menos mal que no pasan de ser "chupitos", porque hubiéramos podido acabar perjudicados. Nuestra presencia da idea del tamaño del tonel.
Entre lo prolongado del viaje y la extensa y detallada visita, se ha hecho la hora de comer. Y lo hacemos en un local que da la impresión de ser de carretera. Nos han preparado una larga mesa llena de sol. Primeros de ensalada con queso de cabra caliente o bien foie; y de segundo el tan alabado filet mignon, que está realmente delicioso. De postre, tarta de queso con helado, tal vez lo menos acertado. La casa ofrece un café de cortesía.
Algunos se han de quedar a la puerta de entrada, dado que el bus no puede transitar por el interior y hay que subir una buena pendiente. Arriba nos enteramos de que la fortaleza no la vamos a poder visitar porque está cerrada. Cosas de la agencia que enfadan con razón a Marisa. Sin embargo, el callejeo empedrado alberga rincones y vistas peculiares, con torres que se van tostando al poniente. Ayuda que la tarde ha quedado tranquila y la gente va charlando.
Pero aún hay algo que nos llama más la atención a todos: una tabla con la imagen del crucificado, desnudo, sin paño de pudor alguno. Tal vez es la primera vez que veo algo así. La obra es de una pintora, Camille Descossy, del año 1970. No sé cómo los habitantes de un pueblito tan pequeño han tolerado semejante imagen en su iglesia.
Cuando llegamos a nuestro último destino, Céret, es casi de noche. Cruzamos un puente que guarda una leyenda demoníaca que no alcanzo a escuchar bien, pero que resulta elegante con su solo arco.
Las dos torres de entrada dan paso a una población que no parece tener una especial personalidad pero que, con sus calles vacías, tenuemente iluminadas, tiene algo de encanto. El objetivo es visitar la iglesia de S. Pedro. De estilo románico, se halla encerrada entre edificios ciudadanos, que parecen querer aprisionarla. No queda ya luz para fotografiarla.

Estamos cansados y con ganas de volver. El regreso se hace por autopista y con la segura conducción de Antonio. Al llegar a la Cité, Matías me propone el recorrido nocturno que nos habían sugerido amigos santapoleros. Y cuando creemos ser los dos únicos que van a desafiar al frío de la noche, somo una veintena de marchosos los que iniciamos el recorrido. Todo tiene un aire teatral, de decorado, casi fantasmal. Un lujo pasearlo sin turistas ni gentíos innecesarios.
José Manuel Mora.

























Comentarios