Atlas de geografía humana, de Almudena Grandes

 Cuatro mujeres

Ya sé, ya sé que no es que acabe de salir del horno, pero después de leer en su momento la excitante Las edades de Lulú,  en La Sonrisa Vertical, 1989, y reincidir con muchísimo placer en Inés o la alegría hace menos tiempo, tenía ganas de leer lo que en su momento supuso un auténtico bombazo editorial. Sigo además su labor periodística y su activismo político y hasta ahora me parece una mujer bastante coherente. GRANDES, ALMUDENA. Atlas de geografía humana. Barcelona: Tusquets,1998. Ya ha llovido, pues, desde su llegada a las mesas de exposición. Y eso se nota en detalles tan nimios como la todavía existente peseta, las cabinas telefónicas en la calle, y algún otro. ¿No parecen referencias del Pleistoceno Superior? Y sin embargo hace apenas nada.


De hecho el retrato de estas cuatro mujeres sigue siendo absolutamente reconocible. Trabajan en una editorial (de donde el título, aunque éste tenga, por supuesto, su valor metafórico) y por lo tanto son autónomas económicamente, base existencial para enfrentar la propia vida sin depender de nadie. Unas están casadas, otra divorciada, otra soltera; unas tienen hijos, otras no... Todas tienen en común el hallarse cerca de la cuarentena, una edad peligrosa para cualquiera, y no sólo para las mujeres, ya que se puede empezar a hacer recuento de lo vivido y también avizorar que el horizonte se estrecha y que  lo que queramos hacer debemos intentarlo cuanto antes; antes al menos de que sea tarde, antes de que ya nos resulte imposible. La novela se estructura en capítulos encabezados por los nombres de las cuatro protagonistas que, en primerísima persona, nos van poniendo al día de su situación actual, conflictiva cada una a su manera, y de los pasos que las han llevado hasta ahí. Aparte de dicho encabezamiento, la personalidad de cada una de ellas y su registro de habla nos las sitúa a la perfección y la autora va tomando y dejando cada una de las historias, entretejiéndolas minuciosamente sin permitir el más leve fallo de raccord, que decimos los aficionados al cine. El ambiente en una editorial en la que se habla de maquetación, paginación, búsqueda de las fotos pertinentes y de los colaboradores necesarios, pone en relación este libro con una de las etiquetas de este blog tan extraño y variopinto: Edición y comercio del libro.


No sé si lo he leído en alguna entrevista o simplemente a mí me lo parece, pero esta mujer debe de conocer muy bien a Galdós y además admirarlo (ahí esta su intento de unos nuevos "Episodios nacionales" de los que lleva ya dos volúmenes publicados). La manera en que sitúa a sus personajes en una geografía concreta de Madrid, como hacía D. Benito, el modo en que desentraña sus sentimientos, cómo cada una es capaz del autoanálisis más desaforado e implacable, la manera en que desvela sus contradicciones, tan humanas, a mí me ha traído a la memoria a las madrileñísimas Fortunata y Jacinta, mujeres de otro tiempo, desafortunadamente para ellas. Hay también entre las protagonistas de la novela que comento un cierto sororismo, ese sentimiento tan femenino de ayuda mutua, de apoyo incondicional, que a veces no se da entre varones, más dados a competir. Sin emabrgo no es una novela decimonónica, al menos el último capítulo no se habría escrito nunca en el XIX. La autora reúne a sus criaturas en una cena de celebración y en la que cada una habla sin transición alguna entre ellas y donde hay que reconocer la voz de la que narra.
 Hay otro elemento nuevo: el lenguaje del que Grandes se sirve. La fuerza y la expresividad de sus metáforas hubiera sido inusual hace un siglo. Sin embargo creo que eso mismo puede ser un lastre si se utiliza con tanta frecuencia como ella lo hace. Hay un personaje secundario que me ha resultado de una ternura enorme, Foro, el fotógrafo. Y una última pega: creo que a pesar de la severidad con que ellas mismas se juzgan hay por parte de la autora una cierta debilidad por sus personajes que hacen que uno pueda intuir el desenlace y eso no es bueno para ninguna narración. "Pero a veces las cosas cambian. Parece imposible, es increíble, pero a veces pasa" (pág. 424). Este ritornello aparece sucesivamente a lo largo de la narración y ya es bastante indicativo. De todos modos, las 400 páginas se leen en un verbo y el número de ejemplares vendidos también dice mucho del eco que puede encontrar todavía. Parece que el éxito llevó a una versión teatral que desconozco. Ánimo pues.

José Manuel Mora.

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