La Casa del Lector, Matadero de Madrid

 Descubrimiento

De mis tiempos docentes en el Módulo de Biblioteconomía, del que este blog toma el nombre (que Fran, su diseñador, me recomendó no cambiar, a pesar de lo poco a tractivo y lo difícilmente memorizable), recuerdo con especial agrado los viajes de estudios que realizábamos antes de que el alumnado comenzara las prácticas. Creo que ellos disfrutaban, pero yo también por lo que muchos de aquellos constituían un descubrimiento para mí mismo. Y así fue como en Salamanca, además de las visitas de  obligado cumplimiento a la Biblioteca histórica de su universidad, o al Archivo de la Guerra Civil, un buen día se me puso a tiro la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, (desde 1981). Descubrí una organización dedicada a los libros, a la formación de lectores, con un gran fondo documental y tratamiento avanzadísimo del mismo, con actividades incluso para prelectores y visitas guiadas de colegios... En fin, me pareció que sabían bien lo que se hacían. (http://www.fundaciongsr.com/). Así pues tenía ganas de visitar un nuevo organismo creado por la Fundación y, como último coletazo de mi viaje "veraniego", acabé en Madrid yendo a los tinglados del antiguo Matadero, hoy convertido en un centro cultural polivalente, Centro de Creación Contemporánea (http://www.mataderomadrid.org/casa-del-lector.html), que incluye salas de exposiciones, espacios teatrales, locales para talleres diversos.. Desde 2012 dos de sus naves se dedican a la Casa del Lector, (Centro Internacional para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación de la Lectura, http://casalector.fundaciongsr.com/) dependiente de la FGSR.


Pues bien, mi sorpresa fue mayúscula, porque aparte de las diferentes zonas expositivas y de los distintos espacios destinados a la lectura y el estudio, me encontré con una exposición monográfica sobre Giuseppe Tomasi di Lampedusa (Palermo 1896-Roma 1957) maravillosamente montada, porque además de un recorrido vital detallado, venía acompañada de sus señas de identidad a través de los autores que dejaron en él honda huella. Fue un lector empedernido y conocía a los clásicos en prefundidad. De cada uno de ellos aparecia un panel con un texto representativo y las valoraciones que el siciliano realizaba.


 
























Lampedusa, como buen isleño, debía de experimentar un sentimiento de claustrofobia que él combatía con la lectura. Su biblioteca personal albergaba cuatro mil obras de Historia y Literatura. Y además las había leído y estudiado a fondo. Era un cosmopolita literario y sus juicios los acabó poniendo por escrito en forma de libro tras dar un curso de Literatura a un sobrino suyo que se lo pidió. Menudas "clases particulares". Para completar todo lo anterior se exponía una muestra centrada en la película Il Gattopardo (1963), versión fílmica de la novela de lampedusa que dirigió Luchino Visconti. En ella B. Lancaster y C. Cardinale, sobre todo él,  nos dejaron una muestra de humanidad difícilmente superable. Carteles originales de la película, fotos del rodaje y otras del filme, con comentarios de las localizaciones de determinadas secuencias.. En fin, una gozada para quienes, como yo, no nos cansamos de asomarnos a la filmación de una sociedad en decadencia.


Si més no, que dicen en catlán, la visita me ha servido para despertar en mí una urgente necesidad de leer la novela, cosa que no haía hecho antes y a pesar de saber que la lectura debe ser previa al visonado de una peli, para tener la libertad suficiente para imaginar por tu cuenta personajes, trama y ambientes. De todos modos estoy seguro de que no me defraudará. Así que ya sabéis por dónde van a ir mis próximas lecturas.

José Manuel Mora.

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