Violación medieval
Hace días que no cuelgo ninguna reseña sobre películas. Y no es porque no haya visto ninguna, sino porque el cuerpo no me ha pedido elaborar ningún comentario sobre ellas tras su visionada. Podría decirse que me han parecido anodinas. No citaré los títulos. Sin embargo ayer iba sabiendo que al menos el director era de confianza. También resonaban en mi cabeza los ecos de alguna crítica elogiosa. Así pues fuimos a ver El último duelo dirigida por el prestigioso Ridley Scott; Los duelistas (1977), Alien (1979), Blade Runner (1982) y Thelma & Louise (1991), convertidas ya en clásicos y que tanto me gustaron, lo avalan. A sus 83 años sigue en forma al parecer. Advierto que las dos horas largas de proyección se me pasaron en un vuelo. Y me llamó la atención leer al principio, no hay títulos de crédito iniciales, que está basada en hechos reales acaecidos en la Francia del siglo XIV, en la época de la Guerra de los Cien Años, y que han sido novelados por Eric Jager.
El guión viene firmado por esos dos amigos desde la adolescencia, Ben Affleck y Matt Damon, que también la interpretan, junto a Nicole Holofcene (Sobran las palabras). Y lo primero que me viene a la cabeza es pensar de qué crónica habrán sacado esos supuestos "hechos reales" ocurridos en 1386 en los que se basa la cinta (al parecer, de la escrita por un tal Froissart hacia 1390). Aunque parece que el duelo a que hace referencia el título fue el último que se permitió legalmente en París. El suceso se cuenta desde tres perspectivas diferentes, la de dos servidores del rey que han combatido juntos en muchas batallas y que son amigos, y la mujer de uno de ellos, que denuncia al otro por haberla violado. Esta estructura recuerda al clásico japonés Rashōmon de A. Kurosawa. Que una mujer en aquellos años oscuros se atreviera a semejante denuncia por un hecho por el que muchas pasaban, como le dice su suegra, traslada lo ocurrido a la triste actualidad en la que la violencia machista sigue campando por sus respetos y muchas mujeres tienen que defenderse ante los abusos que sufren porque no son creídas. Ambos hombres son opuestos en formación y talante: primitivo y socialmente acomplejado el que llega a caballero, Carrouges, y cultivado, capaz de leer y traducir latín e igualmente poderoso en sus mandobles, el escudero Le Gris, hábil manipulador en favor de sus intereses y experto en halagos a las féminas.
José Manuel Mora.
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