Peajes indecentes.
Tenía esta peli en cartera desde que se estrenóy sin embargo no había tenido ocasión de ir a verla. El tema y el trío de actrices parecían apuesta segura. Y, a pesar de las dos semanas en cartel, había bastante gente en la sala, para lo que suele ser habitual. El escándalo (Bombshell ),escrita por Charles Randolph, está dirigida por Jay Roach y no recordaba su nombre, aunque su último título, Trumbo, me había gustado mucho. El hecho de que se señale desde el rpincipio que está "basada en hechos reales" no le resta interés, antes al contrario. Se vuelve a poner de manifiesto que los USA son un país con una capacidad de autocrítica notable.
Roger Ailes es un personaje real, fundador de la cadena Fox News, probablemente la más reaccionaria de las que emiten en Estados Unidos y a la vez el canal de noticias más visto en ese país, propiedad del magnate R. Murdoch, quien cuando el sujeto ya no se sostenía, lo dejó caer. De su vivisón del negocio y de la importancia de la imagen para las campañas de los políticos da cuenta el hecho de que fuera asesor para los medios de comunicación con R. Nixon, R. Reagan, y G. H. W. Bush, y más cerca a nosotros, en 2016 con D. Trump. En 2017 acabó dejando su puesto tras las acusaciones formuladas por un grupo de mujeres que lo señalaron como acosador. Su manera de transmitir noticias consistía en una fórmula infalible: "So asustas, interesa". De ese componente de ideología y pasión se nutren las ahora conocidas como fake news, o dicho en román paladino, noticias mentirosas; “La gente no quiere estar informada, quiere sentirse informada", decía. A ello hay que añadir algo que él señala: la televisión es imagen, presentemos pues planos largos en los que se puedan ver las piernas de las presentadoras. La tendencia se ha llevado ahora al extremo y ya no hay bustos parlantes, sino personas de cuerpo entero que deambulan por el plató ante las pantallas gigantes que muestran las noticias. Empresarios, políticos, activistas y ciudadanos creían a pie juntillas lo que su cadena presentaba.
Pues bien, este individuo acabó cayendo del pedestal gracias a dos periodistas que denunciaron que se aprovechaba de un posición de poder para chantajearlas y obtener favores sexuales ofreciendo a cambio ascensos, mejores programas o condiciones laborales. Ello lo llevó a tener que dejar su puesto. La película no es maniquea. A tipo tan nocivo le acompaña una ley del silencio de quienes no se atreven a enfrentarse a él para no perder el puesto o que aceptan las exigencias para medrar. La manera en que selecciona a las posibles presentadoras es degradante a más no poder. Este hecho acabó influyendo en el movimiento #MeToo, en el que las mujeres empezaron a levantar la voz y al que dieron realce las actrices de Hollywood, hastas de tener que aguantar tantos castings infames. Y eso que esas prácticas se dan también en otros medios laborales. estos días acaba de ser condenado H. Weinstein por cuestiones del mismo tipo.
Nicole Kidman, Charlize Theron y Margot Robbie, ésta última para mí desconocida, son las que encarnan a tres tipos diferentes de periodistas con actitudes distintas ante el acoso. Theron está inmensa, llena de furia, inteligencia y con ganas de pelea aunque con el miedo a perder la posibilidad de pagar las facturas junto a su marido. Kidman, despedida por la negativa a aceptar el chantaje es despedida y será quien inicie el proceso y la que se encuentre sola en sus inicios, puesto que nadie quiere seguirla en la denuncia. La tercera, la más inexperta, llevará la peor parte. El personaje más desagradable del reparto lo encarna certeramente John Lithgow, a quien he visto últimamente en el papel de El amor es extraño (2014), donde hacía de un gay muy convincente. Ante semejante tipo el miedo hace estragos y el sistema parece aceptarlo todo: esposas complacientes, secretarias alcahuetas, ejecutivos rastreros. Menos mal que al fin algunas dan el paso al frente. Las imágenes finales durante los créditos son fascinantes.
José Manuel Mora.
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